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lunes, 19 de julio de 2010

Prince tocando Fado

Yo tengo un pegue personal con Prince desde hace años. Me parece que la música que hace es poco más que genial y paso arrecheras graves, muy graves, cada vez que escucho a alguien decir que no le gusta Prince porque es medio marico.


Medio marico, pero se agarraba a Carmen Electra mientras tú sólo la veías en Baywatch ¡JA!


Estupideces aparte, Prince saca 3 discos cada vez que un motorizado se come una flecha en Caracas. Es el Alexandre Dumas de la música en este siglo, además de habernos regalado varias de las canciones más importantes de los últimos 20 años; Purple Rain y Sexy Motherfucker, por decir dos nada más.


Aparte, comparto con Prince nuestro idilio por James Brown y su legado, de quien es hijo musical indirecto y uno de sus principales imitadores.


La noche de hoy, mi pana @claudio727 de Limpiacabezales retwiteó un mensaje @Planetadesimios en el que mencionaban que Prince tocó fados en un concierto en Portugal.


Como soy amante del fado -y de Prince-, tenía que ver qué era eso, y terminé enterándome de esta gran noticia.


El crédito absoluto es para el periodista Javier Gómez, quien sabe más de música que todos nosotros juntos. Su blog www.planetadesimios.com es brillante. Ojalá www.lahoradelbagre.blogspot.com pueda ser alguna vez como el suyo. 


Él es James Brown y yo apenas aspiro a ser Prince. 


Los dejo con la noticia publicada en www.planetadesimios.com. Por favor, visítenla, tiene una cantidad de material increíble.





La insólita escena ocurrió este domingo en el cierre del festival Super Bock Super Rock en Meco, cerca de Lisboa. Prince, guitarra eléctrica en mano y completamente imbuido del espíritu de Amália Rodrigues, se atrevió con los acordes de ‘A casa da Mariquinhas”. Para tal osadía en territorio portugués se hizo acompañar por la voz de alguien de la casa, la fadista y amiga Ana Moura, que también puso voz al tema ‘A sós com a noite’.
Las 32.000 almas que se dieron cita en la actuación no daban crédito ante la sorprendente incursión de Prince en la cultura lusa.
El príncipe de Mineápolis confirmó así un curioso idilio con Portugal que se remonta al año pasado, cuando descubrió, al azar, a Ana Moura entre un montón de CDs. El artista, caprichoso por naturaleza, se empeñó conocer a la fadista y no dudó en atravesar el Atlántico para asistir a un concierto suyo en la sala La Cigale de Paris.
Por cierto en el más reciente álbum de Prince ’20TEN’, incluye un tema dedicado a Portugal, titulado ‘Walk in sand’.



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